La Universidad de Basilea, decana de las universidades suizas, ha sido escogida, por el programa de becas de intercambio de estudiantes europeos Erasmus, como sede para el desarrollo del proyecto EISA Basel (Erasmus International School of Architecture in Basel), una Escuela de Arquitectura en la que un escogido grupo de doscientos alumnos pasará un año becado en unas instalaciones de nueva planta para desarrollar sus estudios de último curso o PFC, centrando su trabajo en el proyecto de arquitectura.
Se trata de un espacio que propicia la coexistencia de diferentes temas de trabajo y grupos de profesores, con objeto de dar diversidad y enriquecer el intercambio, estableciendo el proyecto, en cada caso, los criterios de organización espacial, puesto que el concepto central del nuevo edificio se centra en la versatilidad de los espacios y en la fluidez de los mismos gracias al empleo sistemático de la crujía diáfana. Además, una parte de los alumnos y del profesorado puede optar por residir en el mismo complejo de la Escuela, contemplando, el programa, la creación de una residencia para ochenta personas.
El complejo EISA Basel se asienta en el entorno de proliferación de servicios próximo a las áreas farmacéuticas de las afueras Basilea y parte del módulo ortogonal autónomo como célula generadora del edificio que, por yuxtaposición y deslizamiento, da lugar a un sistema de piezas que se adaptan fácilmente al programa de la Escuela, permitiendo una gran versatilidad de espacios y la posibilidad de desarrollar sucesivas ampliaciones. Se establece así un juego de llenos y vacíos entre crujías y patios que tienen por objeto introducir luz en el interior del edificio y, al mismo tiempo, generar espacios exteriores de trabajo o esparcimiento en los que penetra la naturaleza del entorno circundante.
Cada uno de los módulos que conforman el edificio es autónomo a todos los niveles: en lo funcional, cada módulo puede ser cerrado si la actividad de la Escuela no lo necesita y sin alterar las comunicaciones interiores; a nivel estructural, una crujía diáfana materializa cada módulo, siendo su fachada el único elemento portante; y con respecto a las instalaciones, cada pieza cuenta con una red propia conectada al anillo general de instalaciones del edificio, lo que permite desconectar cada crujía sin alterar los suministros de las demás partes del complejo. Este sistema facilita así el mantenimiento del proyecto y posibilita las ampliaciones que la Escuela o la residencia pudieran necesitar en el futuro.
En el plano constructivo, el proyecto adopta una serie de sistemas que proporcionan tanto una respuesta uniformada a todo el edificio, como una gran flexibilidad en la adaptación de las soluciones a los distintos ámbitos del complejo, según las necesidades del programa y generando ambientes muy variados o soluciones técnicas a medida.
Encontramos así, tres niveles de actuación en el proyecto: una cáscara estructural externa y uniforme que además compone la fachada del edificio; una segunda piel interior, más ligera pero igualmente uniforme, que constituye el cerramiento y la protección térmica del proyecto; y unos niveles horizontales, interiores a esta doble membrana y determinados por los forjados, que son los que ubican todas las instalaciones y servicios técnicos del complejo. De este modo, la superficie de cada módulo constructivo es completamente diáfana, lográndose un reparto fluido del programa o pudiéndose generar distintos esquemas de partición en caso de que éste así lo precise.
En definitiva, todos los sistemas constructivos y servicios técnicos que se han empleado en la configuración del edificio se caracterizan por su flexibilidad en la disposición e innovación en la solución, de modo que la modulación de los mismos es un aspecto muy destacable de la construcción por su diálogo con la totalidad del proyecto, como se puede apreciar en las soluciones de cubierta, suelo técnico radiante o el falso techo.
La solución estructural del edifico destaca por su sencillez: una sucesión de crujías aisladas cuyo principal reto es salvar, con un canto mínimo que posibilite la composición de la fachada, las luces de doce, quince y dieciocho metros que conforman cada espacio. Esto es posible gracias al sistema patentado de forjado por losa BubbleDeck, el cual nos ofrece un elemento estructural aligerado por medio de esferas huecas de plástico que reducen en algo más de un tercio el peso de lo que correspondería a una losa maciza del mismo canto, dando lugar así a un sistema que permite resistir cargas y cubrir luces con cantos muy reducidos en comparación con lo que cualquier otro sistema tradicional permitiría. Por otro lado, la transmisión vertical de las cargas se efectúa por medio del muro celosía, elemento portante básico del proyecto y constitutivo de la fachada y apariencia del edificio.
En el ámbito del acondicionamiento y las instalaciones, el complejo EISA Basel se centra en dos aspectos fundamentales. Por un lado, se presta especial atención al acondicionamiento higrotérmico pasivo del edificio, gracias a los condicionantes naturales que nos ofrece el entorno en cuanto vegetación autóctona y proximidad al río, así como la disposición formal del proyecto para favorecer la ventilación cruzada gracias a la alternancia entre crujías diáfanas y patios exteriores. Por otro lado, la articulación autónoma de las redes de instalaciones de cada módulo es la estrategia general de organización del proyecto también en este ámbito, de modo que el esquema de cualquier instalación consiste en unas líneas generales de suministro, dispuestas en forma de anillo bajo el complejo, a las que se conecta cada uno de los módulos, pudiendo estos funcionar por separado y permitiendo su clausura sin interferir en el abastecimiento de las otras partes del edificio.
En conclusión, el proyecto EISA Basel constituye un complejo altamente tecnificado que trata de optimizar todos los aspectos referentes a su ejecución de manera que introduce algunas de las técnicas más innovadoras del mercado como pueden ser la losa aligerada BubbleDeck, o los nuevos sistemas de suelo técnico radiante y techo frío, soluciones que permiten generar una doble cámara de instalaciones en las caras superior e inferior de los forjados sin que ello interfiera en el trazado y desarrollo de otras instalaciones, lo que permite, por un lado, una mayor accesibilidad a cualquier instalación en cualquier parte del complejo y, por otro, la optimización de los sistemas de acondicionamiento del edificio, lo que supone, frente a las soluciones tradicionales, la ventaja de una mayor sostenibilidad económica.